En la España de los años 1990, el panorama político estuvo marcado por un boom económico inicial impulsado por eventos como los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla en 1992, bajo los gobiernos del PSOE de Felipe González, aunque la década terminó con escándalos de corrupción como el caso Filesa y la derrota electoral en 1996, dando paso al PP de José María Aznar, quien promovió liberalización económica y estabilidad. Socialmente, el país experimentó un aumento en la inmigración de Latinoamérica y África, fomentando multiculturalismo y diversidad, junto con avances en derechos sociales como la expansión del welfare state, aunque persistieron desigualdades regionales y desempleo juvenil. Cultural y artísticamente, fue una era de proyección internacional con el cine de Pedro Almodóvar ganando Oscars (como Todo sobre mi madre en 1999), la música pop con grupos como Mecano y el surgimiento de la cultura rave; la literatura vio autores como Javier Marías explorando memoria histórica, mientras el arte contemporáneo floreció con figuras como Miquel Barceló en neoexpresionismo.
A nivel local en Sevilla, la política se centró en la transformación urbana post-Expo 92, con alcaldes como Alejandro Rojas-Marcos impulsando modernización y autonomía andaluza, aunque con debates sobre el legado económico del evento. Socialmente, la ciudad creció con turismo masivo y diversidad inmigrante, mejorando infraestructuras como el AVE (1992) pero enfrentando gentrificación en barrios históricos. Cultural y artísticamente, la Expo posicionó a Sevilla globalmente, con bienales de arte y flamenco fusionado con vanguardia; artistas locales como Luis Gordillo contribuyeron al arte abstracto. En el ámbito deportivo, el Real Betis vivió un resurgimiento con el subcampeonato de La Liga en 1995 y ascensos, mientras el Sevilla FC participó en competiciones europeas modestas, intensificando la rivalidad en El Gran Derbi, con hitos como la victoria de Betis en la Copa del Rey de 1997 (aunque en finales de década).
Las hermandades y cofradías experimentaron un revival devocional, con nuevas procesiones aprobadas en 1996 y mayor participación popular en la Semana Santa, integrando modernidad como retransmisiones televisivas mientras preservaban tradiciones centenarias, reflejando un resurgimiento católico en un contexto de secularización progresiva.