Durante los años 1932 y 1933 no hubo procesiones de Semana Santa en Sevilla.
Los años 1932 y 1933 supusieron un paréntesis en la Semana Santa de Sevilla. En aquellos tiempos de la II República, las hermandades se vieron obligadas a suspender sus estaciones de penitencia en la calle por el clima social y político, de modo que la ciudad vivió su Semana Mayor de forma distinta: sin pasos recorriendo sus calles, pero con los templos abiertos y repletos de cultos internos.
Hemos hecho hincapié en lo duro de los inicios de nuestra formación. Imaginemos que tras conseguir el primer contrato en Sevilla nos vemos relegados a un silencio forzado por las circunstancias, quedando nuestra música relegada al recuerdo y a la espera de tiempos mejores. Sin embargo, aquella etapa no apagó la ilusión ni la entrega de sus integrantes, que supieron mantener vivo el espíritu de la banda hasta que, en 1934, las procesiones pudieron volver poco a poco a la normalidad y con ellas también regresó la música a ocupar el lugar que le correspondía en la Semana Santa sevillana.