A los dos años de la instauración de la República se recuperaron los cultos externos.
El año 1934 trajo consigo el esperado regreso de las cofradías a las calles de Sevilla. Tras dos años de ausencia, la ciudad volvió a vestirse de túnicas y cirios, y los templos abrieron sus puertas no solo para los cultos internos, sino también para que las imágenes volvieran a encontrarse con su gente. Aquel retorno no estuvo exento de dificultades: el ambiente político seguía siendo tenso y las procesiones se desarrollaron bajo una estricta vigilancia, pero el pulso de la Semana Santa latía de nuevo en el corazón de Sevilla.
Para nuestra Banda, supuso también un renacer. Tras el silencio forzado de 1932 y 1933, volvimos a la Semana Santa de Sevilla añadiendo otros 2 contratos al que manteníamos con la hermandad de Los Gitanos:
- Domingo de Ramos: María Santísima de la Estrella – Hermandad de la Estrella
- Miércoles Santo: Nuestra Señora de Regla – Hermandad de Los Panaderos
- Madrugá: María Santísima de Las Angustias – Hermandad de Los Gitanos