Años 50

En la España de los años 1950, el panorama político se caracterizó por la consolidación de la dictadura de Francisco Franco, que buscó una apertura gradual al mundo occidental para mitigar el aislamiento internacional post-Segunda Guerra Mundial, materializada en acuerdos como las bases militares estadounidenses en 1953 y la admisión en la ONU en 1955.

Socialmente, la década marcó el fin de la autarquía económica con un tímido desarrollismo que impulsó la emigración masiva a Europa y las ciudades industriales, mejorando ligeramente las condiciones de vida pero perpetuando desigualdades rurales-urbanas y una sociedad marcada por la pobreza posbélica, el racionamiento alimentario y el auge del turismo incipiente en costas como la Costa del Sol.

Cultural y artísticamente, el régimen promovió un nacionalcatolicismo conservador, censurando expresiones liberales, pero emergieron voces disidentes en la literatura con autores como Camilo José Cela y su «tremendismo» en obras como La colmena (1951), mientras el cine español floreció con directores como Luis García Berlanga en comedias satíricas como Bienvenido, Mr. Marshall (1953); el arte abstracto ganó terreno con grupos como El Paso (1957), liderado por Antonio Saura y Manolo Millares, fusionando influencias internacionales con crítica social velada.

A nivel local en Sevilla, la política se alineó con el franquismo centralizador, con alcaldes como José María de la Riva promoviendo estabilidad y proyectos de reconstrucción, aunque con represión a movimientos obreros incipientes. Socialmente, la ciudad experimentó un crecimiento demográfico por inmigración rural, pero también un leve auge económico gracias al turismo emergente y la agricultura. Cultural y artísticamente, Sevilla reforzó su identidad andaluza con el flamenco ganando proyección en tablaos y festivales, y artistas locales como el pintor Francisco Maireles contribuyendo al realismo social; la restauración de monumentos históricos como la Giralda impulsó el patrimonio. En el ámbito deportivo, hitos incluyeron el subcampeonato de La Liga del Sevilla FC en 1951 y 1957, consolidándolo como potencia andaluza, mientras el Real Betis Balompié luchaba por ascensos desde Segunda División, logrando regresar a Primera en 1954 y destacando en derbis locales que avivaban la rivalidad sevillana.

Las hermandades y cofradías prosperaron bajo el amparo del régimen franquista, que las utilizó para reforzar el nacionalcatolicismo, con la Semana Santa convirtiéndose en un evento turístico nacional que atraía visitantes; se enfatizó la devoción popular y la participación masiva, consolidando tradiciones como las procesiones nocturnas y fortaleciendo el rol asistencial de las cofradías en una sociedad en recuperación posbélica.

Historia